
Puntos Diversos
Pasión y talento
Peón al centro; desarrolla piezas, alfil directamente a atacar. David mueve con rapidez las piezas, lo hace como si tuviera los movimientos previstos, sus ojos se centran fijamente en la partida, su respiración es jadeante, el ambiente es tenso, una vez más está jugando; el deleite de cualquier amante de esta disciplina.
Repentinamente, observa a su contendor, no sé si con el fin de intimidarlo, pero estoy convencida que lo hace tratando de expresar la seguridad con la que juega, antes de abordar la historia tengo que detenerme a hablar de algo que llamó mi atención, David adquirió rapidez mental en el juego; gracias a el reloj: un elemento que contabiliza el tiempo que cada jugador tarda en pensar sus jugadas y el cual, estuvo presente en los diferentes torneos en los que participó: ''Cuando pequeño uno de mis defectos era que me demoraba mucho y la otra persona aprovechaba eso para ganarme, mi mamá siempre iba a todos los torneos, recuerdo en especial un día donde estaba sentada y observándome empezó a gesticular con la boca como quejándose por algo y me di cuenta qué me estaba demorando, entonces no era solo presión del juego también la de ella, así aprendí a ganarle al tiempo''.
Tenía solo nueve años cuando veía a sus tíos jugar tardes enteras, cabe señalar, que su gusto por el ajedrez no inició ahí. Cuando estaba en cuarto de primaria en medio de un descanso, un compañero que practicaba karate involucró una técnica de pelea, forcejeó con él y le dio un giro de 360 grados, el cuerpo de David cayó sobre su brazo y terminó fracturándose, desde luego, estaba confinado a pasar las vacaciones que se acercaban sin poder realizar alguna actividad que requiriera movimientos bruscos, sin embargo: ''Un día llegó mi mamá con la noticia de que me había inscrito a la Liga de Ajedrez de Bogotá, un poco reacio me negué, pero inicié los vacacionales y me empezó a gustar''.
¿Cómo ve un niño el ajedrez? Pregunté, - ''como algo distinto, el ajedrez pareciera aburrido, pero no lo es, por todos los elementos y su manera de fomentar competencia. Eso me hizo escogerlo como un estilo de vida''-
Desde este ángulo, ha llegado el momento decisivo. El rey del oponente está acorralado, sus movimientos son nulos; no puede moverse hacia ninguno lado. David sonríe pues ha logrado rey caído, su rostro es de satisfacción, de otro lado el oponente hace un gesto de frustración y finalmente estrecha su mano y así se agradecen mutuamente haber jugado una partida. Observo a David: mide aproximadamente 1,75, sus ojos son color marrón oscuro, su rostro emana la elocuencia con la que actúa, sus labios son delgados y sus cejas rectas definen su manera de actuar, tal vez un poco más reflexivo que emocional o impulsivo.
Es ahí donde me confiesa que desde los primeros movimientos logra percibir el juego, y deducir si va salir ganador. Así lo supo desde el Campeonato Nacional Sub 12 que se realizó en Cartagena en el año 2000 y en el cual compitió contra un joven oriundo de Atlántico, que siempre se llevó el primer lugar en las competencias: ''Llegar a competir en los nacionales fue una experiencia bonita, cuando uno empieza a ser competitivo quiere siempre ganar, pero uno aprende a manejar las emociones, y sacar una fuerza interior para salir a dar lo mejor''.
En efecto, en aquella oportunidad logró quedar de tercero a nivel nacional, un puesto bastante significativo; si se considera que viajan delegaciones de cada ciudad del país. Al mismo tiempo, David se apasionaba más por este arte, y con ayuda de entrenadores como Jesús Mejía, impulsó habilidades que para él no las logra desarrollar tan fácil una persona del común: ''el juego me ha dejado muchas enseñanzas, el saber analizar a la gente, el ser paciente, examinar el lenguaje corporal de la otra persona y sin duda saber controlar mis emociones''.
Participó en cuanto campeonato era convocado; intercolegiados, nacionales y por supuesto distritales. Destacándose y mostrando sus habilidades en cada uno de ellos. Después del primer distrital David logró ganarse los torneos sub 10 y sub 20, siempre se exigía más de lo que había logrado.
Según el diccionario de la lengua española, ‘’el ajedrez es un juego de mesa entre dos personas que se practica sobre un tablero en el que se disponen 16 piezas de cada jugador, desiguales en importancia y valor, que se desplazan y comen las del contrario según ciertas reglas’’. Para David: ‘’Es un deporte mental, un juego que tiene arte, ciencia. El ajedrez lo puedes asociar con la vida; la mejor jugada siempre es la que realizas. Realmente tiene mucho que ver’’.
El ajedrez es su molde estratégico de vida, todo lo que ha logrado obtener ha sido en parte gracias a él, para Javier Jiménez Presidente de la Liga de Ajedrez de Bogotá, ''David es un excelente jugador, una persona que ha tratado de invalidar los imaginarios en torno al juego y lo más importante, ha luchado para que la disciplina tenga un valor enaltecedor''.
Domingo 11 de marzo de 2017 – Soacha Cundinamarca
Nueve grados centígrados; hace un frío entumecedor, son aproximadamente las siete de la mañana, el cielo está despejado y el viento es leve. Estoy en la Carrera 7 No. 32-35, allí está de nuevo Luis adaptando la carpa de deporte mental; un espacio de interacción social en las ciclovías. En cada punto hay un instructor que fomenta el juego, hacia las 7:30 a.m. llegan las primeras personas. Dentro de la carpa se ubican dos mesas: en una hay tres tableros de ajedrez, la otra cuenta con diferentes juegos mentales: el tangram y torres de hanói. Aun así el instructor cuenta que el juego más concurrido es el ajedrez.
Sin duda, está iniciativa es un sueño materializado para David; él es el promotor de la idea. Cuando le pregunto cómo inició todo el proceso sonríe, su mirada cambia; mantiene la mirada fija por lapsos cinco segundos y con parpadeo frecuente. De inmediato - creo que he logrado remover algo en él-. Me cuenta que piensa en su mamá la persona que lo impulsó desde pequeño a jugar, en sus compañeros de liga y en lo duró que fue conseguir patrocinadores para el proyecto. ‘’La mayoría de empresas donde toque puertas para que lo patrocinaran, no lo hacían porque deducían que el ajedrez no daba’’. Sin embargo y para sorpresa de muchos no fue así, el proyecto tiene una acogida enorme y desde luego las personas disfrutan de estos puntos. Gineth Mendoza asistente a la ciclovía añade: ‘’es una dinámica muy chévere, podemos jugar con nuestros hijos y divertirnos un rato, es agradable que estos lugares tengan espacio aquí’’.
En efecto, desde muy joven David soñó con llevar esta disciplina a lo más alto, hoy a sus 27 años cree que lo ha logrado, no obstante, es consciente de qué desea trabajar más: ‘’Deporte mental se crea por la necesidad de impulsar la actividad mental y no solo la física en la ciclovía, es por eso que se crean varios puntos en donde la gente puede ejercitar la mente. La idea es llegar a más ciudades del país’’.
De cualquier modo todo no ha sido fácil. Su trabajo y lucha diaria se vieron truncados hace cuatro meses; cuando por motivos de fuerza mayor, tuvo que dar cierre a diez puntos de Deporte mental en Bogotá. Hoy solo están desempeñando los del Municipio de Soacha. ‘’Estamos en negociaciones con el IDRD, ya que por el cambio de administración se hicieron unos requerimientos y el patrocinador todavía no ha aceptado realizar lo que se pide’’.
David sigue a la espera de renovar los permisos necesarios para el funcionamiento de estos espacios en las ciclovías bogotanas, no obstante, su esfuerzo no para ahí. Para él, estos puntos dinamizan un poco la relación de las personas con la tecnología y a la vez brindan muchas oportunidades para que los niños y adultos puedan aprender cada vez más del arte del ajedrez.
Redactado por: Leydy Johana Benavides Naranjo
